Estas líneas sobre el proceso histórico que hoy conmemoramos (Restauración de la República ), fueron escritas en 2017, en ocasión de ser escogido para ser el orador en los Actos Patrios de aquel 16-8-2017.
Hoy las comparto de nuevo como una forma de rendir homenaje a quienes nos legaron este País libre....
-Señoras
y Señores:
Para que mis palabras no sean una simple
reiteración de lo que siempre han escuchado, voy a dividir en dos partes mi
alocución:
Hoy celebramos el 154 Aniversario de la Gesta Restauradora. Como siempre un motivo más
para el regocijo, para agradecer las acciones, la entrega y el desprendimiento
de nuestros hombres y mujeres a través de la historia, para construir esta Nación
y dejarnos un legado de heroísmo y amor patrio inconmensurable, sin embargo,
pienso que también es una ocasión propicia para la REFLEXION, un momento para analizar y evaluar si ha valido la pena
tanto esfuerzo, tanto derramamiento de sangre.
Es un momento ideal para nosotros, los
que hoy “veneramos”, “reconocemos” lo que hicieron las anteriores generaciones,
reflexionar y cuestionar si con nuestras conductas, con nuestro accionar
personal público y privado somos consecuentes con la herencia recibida.
Por tanto, siento mucho defraudar a los
que hoy forman este público especial. ¿Qué puedo decir que ustedes no hayan
leído y escuchado antes sobre la Restauración? ¿Qué aportes puedo hacer, si
antes han desfilado por este Podium innumerables intelectuales, brillantes y
connotados historiadores? Por tanto, empresa harto difícil la mía pues, para
cumplir en lo mínimo con esta encomienda.
Así que no tendré tiempo suficiente para
auscultar los trabajos de Ml de Jesús
Troncoso de la Concha, en pos de rescatar y reconocer la incesante labor
revolucionaria del Prócer Matías Ramón
Mella en las luchas restauradoras; sobre todo mencionar aquel encuentro de
Mella con el capitán general de la colonia,
Teniente general Felipe Ribero. Quien le reclamo “Supongo, general, que usted no
habrá estado implicado en esas vagabunderías que han tenido lugar en algunos
pueblos de la isla.” “A lo cual contestó Mella: “-No, general; pero si algún
día usted oyera decir que el general Mella está comprometido en algún
movimiento, jure que no es vagabundería.”
Lamento
no poder explicar en toda su extensión lo recogido por Don Emilio Rodríguez Demorizi sobre la Restauración. De manera que
solo escogeré aquella alusión a la publicación en 1864, en el No.1 del Boletín
Oficial, publicado desde Santiago como vocero por el gobierno provisional de la
República en armas, el conocido editorial titulado “Principios políticos de la revolución”, y que don Emilio Rodríguez
Demorizi atribuyó a la pluma de Espaillat,
donde este compara la revolución contra Báez de julio de 1857 y la guerra Restauradora
con estas palabras:
“Es preciso que recordemos que esta revolución no
se parece a la del 7 de julio. Esta última fue revolución de unos pocos que
arrastraron consigo las masas. En la
revolución actual (la Restauración eor), fueron las masas que se levantaron,
arrastrando consigo a todos los demás. En la de julio, las masas se
pusieron a disposición de los inteligentes; en ésta, los hombres inteligentes se han puesto a la devoción de las
masas. En la revolución de julio, era una media docena de individuos los
que se hallaban comprometidos; en la
revolución presente es todo el pueblo quien lo está”.
Lamento no tener mucho espacio para
decirles a los presentes que revise a Roberto
Cassa y de allí extraje la conclusión de que si bien la Independencia Dominicana se produce en 1844,
al separarnos del Estado Haitiano, no menos cierto es que más “importante
fue la ruptura producida con respecto a la Metrópolis, es decir de
España”.
Esta Gesta que hoy conmemoramos resulto
ser, según Cassa, una especie de “reafirmación de lo que conocemos como Independencia Efímera o de Núñez de Cáceres en
1821”. Es decir
que la génesis de la Gesta Restauradora la encontramos mucho antes de la propia
Independencia Dominicana.
A pesar del poco tiempo concedido para
esta participación, es necesario compartir con ustedes el juicio que establece
que “Santana apostó a la Anexión ganó y
perdió también”. Si bien el 18 de
marzo de 1861 se hizo realidad el anhelado sueño del sector conservador que
este encabezaba, “la nueva provincia fue convertida en Capitanía General”, pero
él fue degradado de Presidente a Capitán
General, lo que produjo tal decepción y se vio obligado a renunciar al
cargo por problemas de salud.
La errónea y triste decisión del
Gobierno de Santana de buscar la anexión, encontró un rechazo casi total de la
población. Si se revisa la abundante “historiografía dominicana” podremos
darnos cuenta que varios pueblos del Cibao expresaron públicamente su
desacuerdo.
En apoyo a lo antes
expresado recojo lo que Frank Moya Pons
cuenta en su monumental “Manual de Historia Dominicana” diciendo que “tan
pronto se proclamó solemnemente la anexión en la plaza de la Catedral (hoy
parque Colón), el 18 de marzo de 1861, los manifiestos forjados a instancias
del Gobierno empezaron a publicarse durante las semanas siguientes, dando la
impresión de que todo el país había apoyado la reincorporación”. Sin embargo,
la realidad era otra, contraria y efervescente.
Como ejemplos;
•
El día 23 de marzo de 1861 en San
Francisco de Macorís se produjeron incidentes cuando se intentó desplazar
la bandera tricolor para ser sustituida por la española. El pueblo se amotinó y
cuando izaron la bandera española le cayeron a tiros en la misma plaza de la
comandancia, teniendo el General Juan Esteban Ariza que disparar un cañonazo
sobre los amotinados
-• El 2 de mayo de ese año 1861, en Moca, José Contreras organizó un
pequeño grupo de rebeldes para enfrentar a las tropas anexionistas dominicanas
que guarnecían el pueblo. (Pero ese movimiento duró apenas algunas
horas, porque el General Juan Suero recuperó la comandancia de Moca e hizo
presos a los líderes de la protesta, encabezados por José Contreras, quien fue
fusilado junto con Cayetano Germosén, José María Rodríguez, e Inocencio Reyes
al llegar Santana a Moca el 19 de Mayo de 1861, el mismo día que en Aranjuez
los Reyes firmaban el decreto de declaración uniendo el territorio de la
República Dominicana al de la Monarquía Española. Juan Bosch) Solo el hecho no
ha Bosch!!!!!!!
-• En junio de 1861 una expedición dirigida por Francisco del Rosario
Sánchez y José María Cabral penetró por Haití para combatir al ejército
español. Algunos expedicionarios fueron emboscados en El Cercado, hechos
prisioneros, “juzgados” por un tribunal militar integrado por dominicanos,
recibiendo la pena capital. El 4 de julio
de 1861 fueron fusilados en San Juan de la Maguana
Y aquí entra en la liza la figura
egregia de nuestro insigne “Padre de la Patria”, quien en un manifiesto con
fecha 20 de enero del 1861 desmiente “aquellos infundios propagados por el
gobierno de Santana, con los que señalaban Sánchez con su movimiento buscaba junto
al Gobierno de Haití instaurar la esclavitud en nuestro territorio”
En ese histórico documento Sánchez exhortó a los
dominicanos a derrocar a Santana, a quien llamó tirano, y a no vacilar en
declararse libres e independientes, “enarbolando la bandera cruzada del veinte
y siete” y proclamando “un gobierno nuevo que reconstituya el país y os dé las
garantías de libertad, de progreso y de independencia que necesitáis.”
Si el tiempo no fuera ese tirano,
aprovecharía para discurrir en las acciones de nuestro Patricio Héroe de la
Independencia y hoy para INRI, MARTIR de
SAN JUAN y LA RESTAURACION. Por tanto, solo reproduciré el conocido párrafo
en el que Sánchez, como si el espíritu de la noche memorable del 27 de febrero
lo inspirara, explicó el por qué la expedición armada que lideraba contó con el
respaldo coyuntural del gobierno haitiano presidido por Fabré Geffrard cito: “He
pisado el territorio de la República entrando por Haití, porque no podía entrar
por otra parte, exigiéndolo así, además, la buena combinación, y porque estoy
persuadido que esta República, con quien ayer cuando era imperio combatíamos
por nuestra nacionalidad, está hoy tan empeñada como nosotros, porque la
conservemos merced a la política de un gabinete republicano, sabio y justo.
Mas, si la maledicencia buscare pretextos para mancillar mi conducta,
responderéis a cualquier cargo, diciendo, en alta voz, aunque sin jactancia,
que yo soy la Bandera Nacional”.
La presión internacional ejercida por la monarquía
española sobre el gobierno haitiano provocó que este suspendiera el apoyo
logístico a los patriotas, lo que provoco el inicio de la retirada hacia la
frontera con el fin de reconsiderar la situación. Al pasar de nuevo por El
Cercado, el 20 de junio por la noche fueron emboscados por leales al gobierno
español apresados, y a principios julio trasladados a San Juan, en donde el
general Pedro Santana ordenó que fueran procesados por un Consejo de Guerra que
los condenó a la pena capital.
Los aquí presentes conocen lo que
sobrevino varios meses después, el primero de junio, la expedición dirigida por
Sánchez y Cabral penetró a
territorio dominicano y al cabo de días ya se encontraba en El Cercado continuando
el avance hacia Las Matas.
Si el tiempo, el espacio y su paciencia
lo permitieran, hiciera acopio de los trabajos enjundiosos, profundos y con
marcado carácter científico realizados por varios historiadores dominicanos, en
especial aquellos producidos por Emilio Cordero Michel, Santiago
Castro y Raymundo González. Y de
ese modo destacar el carácter “revolucionario,
popular, anti-colonial y antillanista de la gesta restauradora”.
De manera que hoy celebrando
estos 154 años de la Restauración, hago
un ferviente llamado a las presentes y futuras generaciones para que estudien y
conozcan la
Historia dominicana , seguro que esta sería
motivo de inspiración, sobre todo a los más jóvenes, “porque nuestro pueblo ha
protagonizado una larga lucha por la libertad”.
Señoras y señores, es necesario
que todos hagamos el esfuerzo por conocer y comprender más nuestro pasado, para poder entender el presente y afrontar el futuro con ilusión, pasión y con un
enorme valoración de la vida y extraordinario
AMOR por la PATRIA.
Asumiendo que estos actos son
organizados por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, y abusando de su
atención. Yo hubiera tenido el atrevimiento de revisar, y estudiar algunos de
los trabajos del historiador Juan Daniel Balcácer y así poder
compartir con ustedes sus consideraciones sobre este acontecimiento. Por
ejemplo, les diría que es quizás una de “las etapas de nuestra historia más
ignoradas por la población dominicana”. Pero también que, según Balcácer, la
misma es “el fenómeno social, político y bélico de mayor trascendencia del
siglo XIX en el país”.
Sigue diciendo Balcácer “La Guerra
Restauradora es considerada como la
genuina y auténtica guerra independentista”, Ciertamente se trató de un
acontecimiento de caracteres únicos, es la decisión de un pueblo que al
separarse de Haití se había acostumbrado
a vivir en libertad y entonces
sintió la necesidad de luchar para recuperar la Soberanía perdida por la entrega a España en 1861.
Para nosotros, la Restauración es uno de los momentos en
los que el PUEBLO DOMINICANO ha
mostrado en toda su magnitud el coraje,
arrojo y valentía frente al poderío de aquellos extranjeros que han pretendido
mancillar nuestro suelo. En esta ocasión frente al poderoso Imperio Español. Antes frente a los haitianos y posteriormente
frente a los norteamericanos.
Aprovecho esta ocasión, para
llamar la atención; pienso que conocedores de esa característica de los
dominicanos, los enemigos de nuestra
nación utilizan una estrategia diferente. Hoy sus acciones
intervencionistas son realizadas en silencio,
de forma “pacífica”, de esa manera no alertar el espíritu indómito y
guerrero de los dominicanos, es decir sorprendernos. Pienso que debemos
despertar del sueño, del letargo en que estamos sumidos y estar preparados a
defender nuestro territorio, nuestra Nación, nuestra cultura, ser fieles a
nuestra herencia Histórica.
Sigo abusando de su
paciencia, pero no puedo dejar pasar esta oportunidad sin mencionar la opinión
del Ex presidente de la Academia Dominicana de la Historia, licenciado Bernardo Vega, para quien la
Restauración de la República constituye un gran “hito histórico porque, no solo
sirvió de ejemplo a otras naciones de Latinoamérica, sino que la misma registra
el heroísmo, el patriotismo y triunfo
de humildes campesinos dominicanos frente a las tropas profesionales de España”.
Según Moya Pons: "La Guerra de la
Restauración, que comenzó siendo una rebelión de campesinos, muy pronto se
convirtió en una guerra de razas, por el temor de los dominicanos de color, que
eran la mayoría, a ser convertidos nuevamente en esclavos, y de ahí pasó a ser
una verdadera guerra popular que puso en movimiento todas las energías de la
Nación para lograr su independencia y la restauración de la
soberanía."
También, me atrevería a compartir con
ustedes lo registrado por aquel historiador, que
mi generación conoció a nuestro paso por los centros educativos, José Gabriel García. Quien en su”
Compendio de la Historia de Santo Domingo” (creo en el Tercer Tomo), dice que “la bandera del 27 de febrero de 1844, fue
desplegada en Capotillo el 16 de agosto de 1863, por los merodeadores de las
fronteras, que como por encanto se habían convertido en ejército
revolucionario, ejercito que iba recuperando, una a una, en marcha triunfal, las astas gloriosas de donde había sido
arriada violentamente el 18 de marzo de 1861”.
Interesante e importante es destacar el
impacto de la Gesta Restauradora dentro y fuera del País y como este fenómeno
social es analizado fuera de nuestras fronteras. De manera que les dejo con
estas conclusiones desde la Madre Patria, realizada por los historiadores
españoles González Calleja y Fontecha
Pedraza: La Anexión y subsiguiente
Guerra de Restauración marcaron profundamente el devenir nacional de los dos pueblos
(España y RD). La experiencia de 1861-1865 produjo una escisión duradera de la
identidad nacional dominicana, que, sin embargo, salió fortalecida de su reválida armada de independencia contra la
vieja metrópoli. Pero la guerra contra España fue también una contienda civil (…) ya que los anti
anexionistas hubieron de librar batalla frente a importantes contingentes de dominicanos leales a España por razones
de ideología, religión o parentesco.
Con todo, el problema de la salvaguardia de la soberanía dominicana quedó
planteado hasta bien entrado el siglo XX. La República Dominicana volvió a caer
bajo la influencia de los Estados Unidos, con los cuales firmaron un tratado de
comercio en 1868. Hubo incluso un proyecto de anexión vetado por el Senado de
Estados Unidos. (Eduardo González Calleja y Antonio
Fontecha Pedraza, Una cuestión de honor. La polémica sobre la Anexión de Santo
Domingo vista desde España. Santo Domingo, Editora Amigo del Hogar, 2005, p.
159 (Fundación García Arévalo))
Sería un irrespeto, una falta de
consideración, un olvido cuestionable, venir a este escenario a compartir con
ustedes datos, opiniones, análisis y reflexiones sobre la Guerra Restauradora y
no tomar en cuenta a quien, sino el más importante, al menos es uno de los que
con mayor profundidad y amplitud analizó este acontecimiento histórico. Y debo
empezar reproduciendo sus palabras cuando la describe como;
“La Guerra de la Restauración es la página
más notable de la historia dominicana,
como también la más ignorada por la casi totalidad de los dominicanos; se
desconoce el esfuerzo colectivo
gigantesco, heroico y las hazañas militares que libraron los hombres y mujeres
que participaron en ella. Por esto, debe alcanzar en la conciencia de cada
uno de nosotros un sitial preponderante dentro de los episodios de la vida
nacional.”
Enjundioso es el trabajo del Profesor Bosch analizando las
contradicciones entre los diferentes
sectores de la sociedad, y la división existente en la sociedad dominicana, que
por su escaso desarrollo económico no contaba con una “burguesía consolidada”,
lo cual lo lleva a concluir en que “ El
proceso de anexión estaba impulsado por una situación de crisis política
nacional, generada por los enfrentamientos entre santanistas y baecistas, cuyas
razones eran una lucha de clases sin
soluciones pacíficas”
Si revisamos el trabajo de Bosch (para
mí el más completo sobre la Restauración) nos encontramos con un análisis
amplio de la misma y lo lleva a definirla como “una guerra liberación o de
independencia, pero fue también una guerra social”. Destacando como ese
acontecimiento se convirtió en el escenario propicio para que personas cuyos
orígenes y antecedentes sociales lo condenaban a pasar desapercibidos, sin embargo,
empuñaron el “machete” y lograron fama y preeminencia social y política. Tal es
el caso de Benito Monción, Ulises Heureaux, Gregorio Luperón, Gaspar Polanco.
Diría Bosch: “
de la Restauración salieron convertidos en personajes nacionales destacados, en
jefes militares y políticos, 20 individuos de estratos tan humildes como Benito Monción, analfabetos como Gaspar Polanco, que llegó a ser Presidente de la República, o Benito
Monción, que adicionalmente su
procedencia humilde tenía antecedentes delictivos por sustracción de cerdos cuando desempeñaba la función de peón de Santiago Rodríguez, Como Ulises Heureaux, que llenaría 17 años
de nuestra historia, Monción era
hijo natural de una cocinera de las islas caribeñas, peleó bajo las ordenes de Polanco y forma parte de los escogidos
para fusilar al General Pepillo Salcedo.
Con la mención de estos Héroes
Restauradores, dejo a Bosch (invitándoles a leerlo para acrecentar el acervo
histórico y conocer la verdadera dimensión del hecho que hoy nos trae a este
escenario).
En
definitiva considero que la ruptura del orden constitucional que se dio el 19 de marzo de 1861 con el retroceso
que significo la anexión con España ratificada por la corona, logra restaurarse con la vuelta al Estado
Constitucional consolidado en la vuelta a la Constitución de Moca de 1858. La
Convención Nacional del 30 de noviembre
de 1864, convocada por el Gobierno Provisional de la Restauración, constituyó,
un acto político de ruptura con la ignominiosa degradación sufrida por los
rezagos de la anexión.
La
proclama por la vuelta a la Constitución de Moca de 1858, tiene todas las
características de una constituyente-restauradora
que tenía como núcleo esencial, la reafirmación mediante la reconquista de la Republica en oposición a la condición
degradante de provincia de ultramar de la Monarquía, propiciada por los
efectos de la infamia del pensamiento político del santanismo anexionista.
La vuelta
al Estado Republicano, al Estado Constitucional, impulsada por el movimiento
Restaurador constituye la gesta histórica de mayor trascendencia del siglo XIX,
con igual trascendencia que la
revolución civil de 1861-1865 en los EE.UU. En ambas gestas históricas, se
lucha por la construcción del pensamiento
republicano rousseauniano, herencia imperecedera de la antigua Grecia.
En la República, la condición del individuo,
no se degrada a una simple expectativa de sujeto
interdicto bajo la protección de los designios y estipendios del protectorado
de la corona. Es así como la Restauración de la República, devuelve al
sujeto interdicto, los atributos de la personalidad conjugada en la palabra
excelsa: "CIUDADANOS".
Con la
proclama Constitucional de 1865, se restaura el ideario de la Revolución Francesa de 1789, inspirada
bajo el tributo del trébol de la verdad: libertad,
igualdad y confraternidad.
Así, como
el sueño norteamericano se debatía entre la vida y la muerte, el costo de nuestra
guerra civil, se tiñó con sangre heroica de los hombres y mujeres que
ofrendaron su vida por la Restauración de la República; dispuestos a pasar de
la condición de ser sujetos interdictos a ser ciudadanos libres del yugo de la opresión.
La gesta
de la restauración a la vida republicana, es, ha sido y será por siempre, el
recuentro con la DEMOCRACIA y el
sentimiento de vivir en constitución
(eso que se conoce como Constitution Living). Insisto, significa la pasión
desbordante de vivir en constitución
que es la fascinación de vivir en libertad,
igualdad y confraternidad.
Señoras y Señores, Publico
Presente, de manera especial a los Jóvenes:
Las actuales generaciones tenemos
contraída la obligación moral del
reconocimiento y la gratitud para
los hombres y mujeres que forjaron la nacionalidad, sacrificando con sus bienes
de fortuna, su personal reposo y hasta sus vidas en Aras de la libertad e
independencia del pueblo dominicano, para la estabilidad y bienestar de la
República. Han sido numerosos nuestros héroes, algunos resaltados y otros
olvidados: Santiago Rodríguez, Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Benigno F. de
Rojas, Ulises F. Espaillat, Pedro F. Bono, Pepillo Salcedo, José Contreras,
Juan Suero (El Cid Negro), Marcos Adon, entre otros.
Debo destacar que entre ese núcleo de
hombres que actuaron de manera valiente y noble en defensa de la Patria durante
el período de la Restauración, no solo participaron los que siempre se llevan
la honra y que son mencionados, destacados en cada conmemoración de la Gesta Restauradora.
(Precisamente en el Programa que se distribuye en ocasión de estas efemérides,
se recoge una lista de nombres, la cual siempre me motiva a preguntarme si solo
ellos son los héroes de esta Gesta. Aprovecho para recomendar la lectura del Diccionario
Biográfico Dominicano de Rufino Martínez y el excelente Diccionario Biográfico
de los Restauradores de la Republica de Rafael Chaljub Mejia. (Aquí no puedo pasar por alto el escaso
número de mujeres que se mencionan como destacadas en la epopeya que conmemoramos-Antonia
Batista, María Pérez, Josefa del Monte Pichardo, Eneria Frías, Encarnacion Mota
y Agueda Rodríguez de Salcedo)
Permítanme, en este momento de mi
intervención, compartir y recordar con ustedes a Manuel de Js. Rodríguez
Varona), quien puede ser considerado Sanjuanero (aunque no nació aquí se crio y
paso toda su vida en esta ciudad). Quien escribió dos opúsculos muy valiosos: La hecatombe de San Juan o Los mártires del
4 de julio de 1861, editado en 1924, y Héroes
de la Restauración en 1941, escrito el último en honra del gran Gregorio Luperón, a quien califica de
«pluma y espada de la Restauración».
Pero en este caso quiero referirme al
Ensayo que publicara el AGN (por deseos expreso de su familia) titulado: Héroes
distinguidos de la Restauración y los seis años en el sur y suroeste de la
república.
En esta obra Rodríguez Varona recoge una
lista y recuerda con breves datos biográficos los nombres de varios Generales, la mayor parte del Sur,
que actuaron en los dos períodos, ambos críticos de la historia dominicana, los
cuales dejaron huellas de muerte y desolación en todo el territorio nacional.
Como una forma de que nosotros
conozcamos y rindamos el “justo y merecido homenaje” a los sanjuaneros que contribuyeron a la construcción de nuestra Patria,
a la consolidación de nuestra Independencia, al fortalecimiento del Estado y la
Democracia que hoy disfrutamos, quiero utilizar el trabajo del Doctor Rodríguez
Varona y desde este podium expresar mi público, humilde reconocimiento y honra
a la memoria de;
-
Generales Timoteo Ogando Encarnación y
Andrés Ogando Encarnación:
Nacieron la sección de La Estancia
del paraje de Ramón Castillo perteneciente a la común de Las Matas de Farfán,
hijo legítimo de Juan Ogando, oriundo de la Sección de Pedro Corto, de la Común
de San Juan de la Maguana, su madre se llamó María Catalina Encarnación,
oriunda de San Pedro de El Cercado.
- General José María Cabral y Luna,
Nació en la Común de San Cristóbal el 19 de diciembre de 1819 en la sección de
Ingenio Nuevo, siendo sus progenitores Don Marcos Cabral y Aybar y Doña Ramona
de Luna.
Su carácter y recia
personalidad puede ser demostrada con estas palabras al General Santana, con
motivo del pasional fusilamiento del invicto y glorioso General José Antonio Duvergé: «Desde que se dijo Dios, Patria y
Libertad, donde quiera que se ha combatido he estado yo allí; y esto me da
derecho a protestar y reconvenirle por el fusilamiento del General Duvergé».
Recoge la historia que luego en ocasión de la
batalla de Santomé el 22 de diciembre de
1855, al despachar Santana a Cabral como jefe de operaciones en dicha
acción de guerra, le dijo estas palabras: «General
Cabral, si los haitianos beben el agua del Río San Juan, váyase con ellos»;
Sin dudas que Santana se
mantenía en prevenciones contra Cabral que aguardaba cualquier motivo para
eliminarlo.
-
General Francisco
Moreno de la Rosa (a) Cico. Nació este ciudadano en la
provincia de Barahona, entonces
Común de Compostela de Azua. Héroe restaurador que respondió al grito de
Capotillo en Las Matas de Farfán, el 17 de septiembre de 1863, en unión del
entonces Teniente Mariano Rodríguez Objío y otros valiosos elementos
restauradores de esta línea del Sur. Más luego jefe de la línea fronteriza suroeste;
figuró brillantemente en toda la guerra de la Restauración y durante los «Seis
Años», hombre sencillo, valiente y leal, que militó bajo las órdenes del
general José María Cabral y Luna, tanto en las acciones fronterizas, como en la
batalla de La Canela.
-
General Mariano Rodríguez Objío: Nació en la Ciudad de
Santo Domingo de Guzmán, Capital de la República,en la calle el Conde, el 17 de
febrero de 1840, hijo legítimo de Don Andrés Rodríguez Rodríguez y Doña
Bernarda Objío de Rodríguez. Murió en San Juan de la Maguana el 27 de agosto de
1913 a la edad de 73 años.
-
Hermanos Tomás y Rosendo Castillo Terrero: Ambos nacidos en la Común de Baní, hijos legítimos de
José Joaquín Castillo y María de Regla Terrero.
-
General Andrés Cuello Ramírez: Nació en la población de
Las Matas de Farfán, probablemente, por los años de 1819 al 1821, hijo legítimo
de Francisco Cuello y Petronila Ramírez, de la misma Común. Iniciándose en la
carrera de las armas en la célebre batalla de «Estrelleta», en una sección de la Común de Las Matas de Farfán, distinguiéndose
como soldado valeroso y, asimismo, en la batalla de «Santomé», en esta Común, el 22 de diciembre de 1855.
- General Juan Evangelista Terrero Encarnación.
Nació, el 27 de diciembre de 1839, hijo legitimo de Agapito Terrero y Catalina
Encarnación, en Las Matas de Farfán. Tomó las armas como patriota en defensa
de la República a la edad de 22 años, en el mismo año del fusilamiento del
General Francisco del Rosario Sánchez y sus compañeros de martirio; fue este
uno de los pocos que siguieron el curso de la guerra con Cabral en espera del
desenvolvimiento ulterior que culminó con el pronunciamiento de Las Matas de
Farfán en favor de la causa restauradora el 17 de septiembre de 1863, para
responder al luminoso grito de Capotillo del 16 de agosto de 1863.
-
General Ulises Heureaux (a) Lilís o
Hilarión Lebert: A
pesar de Nacer este hercúleo o plutónico futuro
hombre de Estado, en la Ciudad de Puerto Plata el 21 de octubre de 1845. Contaba
con apenas 18 años cuando se alistó en el Ejército Restaurador bajo las
inmediatas órdenes de aquella espada fulgurante y heróica que respondía al
nombre de Gregorio Luperón,
adquiriendo el grado de alférez y más luego el grado de Coronel; fue uno de los
combatientes durante los Seis Años en
esta línea del Sur al lado y bajo las órdenes del General Cabral desde el año
1869 hasta su terminación en el 1873, o la caída de Báez. Como servir a la
patria es servir a Dios, pensamos que por sus bregas libertarias, no obstante
sus turbios y censurables errores políticos, la Patria le debe un lugar
distinguido en las páginas de su historia como héroe de la Restauración, y los
«Seis Años».
- General Silverio de los Ríos, Coronel Benigno del Castillo (a) Ángel de un Ala, Comandante Ceferino Hidalgo,
Teniente Manuel Chanlatte, Agapito Zayas (a) Paba Verde, Ambrosio Canario.
Junto al Coronel Eugenio Comas y otros más que abrazaron
en esta Común la causa restauradora en unión del General Pedro Florentino, y, más luego a las del invicto y glorioso
General José María Cabral y Luna
durante el laborioso período de la Restauración y mas luego en el proceloso y
ensangrentado periodo de los «Seis Años», esta pléyade de oficiales salidos de
esta común, de las Secciones de La
Florida, Los
Montones,
paraje de la Sección de Juan de Herrera, La Maguana, de esta Ciudad, El Batey y
Cardón se distinguieron como ágiles,
esforzados y valientes en ambas guerras. Iniciando luego Silverio de los Ríos, los pronunciamientos con Benigno del Castillo, como los más salientes y prestigiosos hombres
seccionales como antibaecistas furibundos al lado de los directores políticos
de la región.
-
General José Montero Oviedo (a) José
Yayito: Nació en la Ciudad de
Compostela, Azua, cabecera de la Provincia del mismo nombre, en el año 1830,
hijo legítimo de los esposos Rafael Montero y María Oviedo; murió en San Pedro
de El Cercado, en donde vivió largos años y formó una numerosa y laboriosa
familia producto de su matrimonio con Antera Montás Dubois.
El General José Montero Oviedo, sirvió a las
órdenes del héroe y mártir General Francisco
del Rosario Sánchez en el 1861, en su entrada por la frontera, acompañado
en la ocupación de El Cercado y luego en su marcha en unión del General Timoteo Ogando Encarnación, tomando
Sánchez el camino de Juan Santiago, en donde fue víctima de la célebre y
nublada emboscada en que, fuerzas superiores lo coparon y cayó herido junto con
20 de sus compañeros, para ser fusilados en esta Común en el mes de julio de 1861.
-
General Pedro Florentino: Nació, hijo adoptivo de Madame Sibrí, venido Hincha, antiguo
territorio dominicano, por el Tratado de 1777, en utilidad de posesión por la
República de Haití, radicando esta con su hijo en Las Matas de Farfán.
Una de las figuras más
activas y complejas del nacimiento de la República hasta el periodo de la
Restauración, asesinado en Verret (territorio haitiano), a manos de los
Rondones y congéneres -sus antiguos subalternos y partidarios incondicionales-,
a fines de la guerra de Restauración.
Y como si el destino
quisiera jugarme una de sus “celadas”, el trabajo de Rodríguez Varona, deja de último
en la lista al:
-
General Wenceslao Ramírez Roa: Nació en la Común cabecera
de la Provincia de la Compostela de Azua, el 4 de julio de 1843, hijo legítimo
de Juan Ramírez Félix y Rosa
Roa
Moreta; el cual contrajo matrimonio con María
Olegaria Tapia Carrasco (Doña Nona), formando una familia legitima de seis
hijos, cuatro varones y dos hembras; entre los cuales se distinguen de manera especial,
Don José del Carmen Ramírez (Carmito),
habiendo adquirido la profesión de Agrimensor Público y en la política el grado
de General de Brigada, y Don Juan de
Dios Ramírez, también adquirido este mismo grado.
Inició Don Wenceslao Ramírez su carrera
político-militar casi adolescente al
iniciarse la guerra de Restauración, figurando, también en la de los Seis Años
bajo las órdenes del invicto y glorioso General Don José María Cabral y Luna,
adquiriendo el grado de Coronel de los Ejércitos Nacionales, fue miembro del
Cuerpo de Ayudantes del General Cabral, habiendo tomado parte en la batalla de
La Canela, paraje de Cambronal, de la Común de Neyba y más luego, en las
acciones guerras de los Seis Años.
Murió el General
dominicano Wenceslao Ramírez Roa, en esta Ciudad, el 1 de octubre de 1927, a la
edad de 84 años, auspiciado por las distinciones sociales y el cariño de los
suyos, distinguido con el apodo de «Nelao», con que todos lo tratában en la
intimidad personal.
Su verdadera carrera
política principió en el año 1882, en la Común de Bánica, con el cargo de
Comandante de Armas o Jefe Comunal, lugar de su residencia, siguiendo más luego
desempeñando, desde 1886, los cargos de Comandante de Armas de esta plaza a la
terminación de la llamada Guerra de Moya; Jefe de la Frontera Suroeste,
Delegado del Gobierno en esta línea del Sur, Jefe de las Fuerzas en la
Provincia de Azua, y más, luego, Agente Confidencial en la misma Provincia, con
su asiento en esta Ciudad.
Sus progenitores fueron
oriundos de Azua y Las Matas de Farfán; cerrándose su ejercicio político en
cargos públicos en el año 1911, no obstante haber sido preso a principios de
1912 por el Gobierno de Don Eladio Victoria.
Quisiera seguir con la Biografía de este
grande hombre de la “Historia Dominicana”, y junto a los demás, protagonista de primera línea en la Guerra
Restauradora. Por tanto, si bien la tradición es rendir honra y prez a Luperón, Monción, Polanco y el conjunto
de líderes políticos y militares que tuvieron destacada participación desde el
inicio y durante todo el periodo de la Guerra de Restauración de la Republica
en las batallas libradas en el Cibao, no menos cierto es que muy probablemente
sin la participación de los hombres del
Sur, y porque no de San Juan, esta epopeya que consolidó de manera
definitiva nuestra independencia no hubiera sido exitosa.
De esta manera concluyo la primera e inicio la segunda parte, a manera de
conclusión y espacio de reflexión.
Todos los historiadores
parecen estar de acuerdo que la Guerra
de la Restauración es la primera gran guerra popular librada por los
dominicanos. Quizás tengan diferencias en las causas, los motivos, la
significación y hasta en las consecuencias de la participación de los sectores
populares, de las masas en la historia. Ella fue el camino para el rescate de
la Independencia, la reconquista y
consolidación de nuestra Soberanía.
Ahora bien, si observamos cuando Duarte
ideo, planifico y organizo el movimiento independentista eran muy jóvenes los
que participaron en la búsqueda de crear una República libre, independiente y
soberana. También la gran mayoría eran jóvenes cuando decidieron pronunciarse
en contra del régimen español que materializó el sueño conservador de la
Anexión. Es decir eran personas cargadas de sueños, de utopías.
Por suerte sus ideas se convirtieron en
realidad, ellos lucharon para concretizarlas, por ellos hoy tenemos toda una
Historia de entrega sin vacilación, de compromiso, de sudor, de sangre, de
sacrificios, una Historia cargada de heroísmo.
Recuerden lo que dije al inicio y que ahora
repito: Es un momento ideal para
nosotros, los que hoy “veneramos”, “reconocemos” lo que hicieron las anteriores
generaciones, reflexionar y cuestionar si con nuestras conductas, con nuestro
accionar personal, público y privado somos consecuentes con la herencia
recibida.
-Frente a los acontecimientos que ocurren
a diario en nuestra sociedad, debemos preguntarnos ¿Ya no tenemos ideales? ¿A
dónde se han ido los sueños? ¿Solo importan los intereses particulares? Pienso
que debemos RESTAURAR LA REPUBLICA
-No nos damos cuenta de la enorme
cantidad de hogares rotos, destruidos por el egoísmo, la ambición, la falta de
comunicación, de dialogo. Si la FAMILIA
es la célula esencial de toda sociedad y esta desintegrada. ¿Qué podemos
esperar de la Sociedad? ¿Y nosotros PADRES, MADRES, MAESTROS, AUTORIDADES que
hacemos para fortalecer esa instancia? ¿Qué hacemos para evitar la ruptura, la
destrucción del Hogar? Es imperativo, y pienso que en ese sentido debemos RESTAURAR LA REPUBLICA
-Cómo es posible que frente al continuo
crecimiento de la Violencia intrafamiliar, el incremento de las muertes
violentas de nuestras mujeres, nos quedemos impasibles y vamos perdiendo la capacidad
de asombro. Que sigamos observando esta situación con una naturalidad que
ofende. Si no transformamos, desde el hogar y ampliada por la Escuela, la
cultura patriarcal, machista, excluyente y discriminatoria seguiremos
lamentando la perdida de valiosas mujeres. Pienso que debemos RESTAURAR LA REPUBLICA.
- ¿Hasta cuándo estaremos callados
frente al auge de la depravación social, al constante aumento del uso, consumo,
tráfico y venta de drogas? ¿Vamos a dejar que los adolescentes y nuestros
jóvenes se pierdan en el vicio? ¿No intentaremos nada para combatir la cultura
del mínimo esfuerzo? Para erradicar el todo vale, siempre que sea para
conseguir los bienes materiales que podemos exhibir como símbolo de éxitos y
estatus social. Pienso que debemos RESTAURAR
LA REPUBLICA.
- ¿Que hacemos, que vamos a hacer como
sociedad, para evitar el creciente aumento del EMBARAZO en nuestras
adolescentes? ¿Seguiremos indiferentes ante la pérdida de la mitad de su
existencia, de su desarrollo personal, de no poder disfrutar de las etapas por
las que todo ser humano atraviesa, solo por nuestra indiferencia e indolencia?
Pienso que debemos RESTAURAR LA
REPUBLICA.
-¿Seguiremos apostando por un modelo de
movilidad y ascenso social basado en la corrupción, en el aprovechamiento de los
recursos públicos en beneficio personal? ¿O propondremos un modelo basado en la
Educación, el Trabajo y Esfuerzo y Sacrificio personal? Pienso que debemos RESTAURAR LA REPUBLICA.
-¿Es posible seguir con esta sociedad
caracterizada por el pragmatismo, la utilidad, la apariencia y la hipocresía? ¿No
haremos nada para cambiar esta sociedad que está llena de farsantes? ¿Una
sociedad de mediocres, sangrante del éxito ajeno? De falta de Solidaridad.
Pienso que debemos RESTAURAR LA
REPUBLICA.
- ¿No haremos nada por transformar el
paradigma que nos lleva a rendir pleitesía y ver como importantes solo a los
que “triunfan”, a los que “están arriba”? ¿Seguiremos con ese modelo de
sociedad, sin importar que todo lo han logrado usando el arribismo, el engaño,
la genuflexión o la pleitesía? Eso debemos cambiarlo, Pienso que debemos RESTAURAR LA REPUBLICA.
-Frente a la continua degradación del
medio ambiente, a la acción irresponsable de nuestros conciudadanos en el uso y
tratamiento de los espacios y recursos naturales. seguiremos indiferentes?
Debemos orientar y educar para el desarrollo sostenible. Es decir Pienso que debemos
RESTAURAR LA REPUBLICA.
-¿Inculcamos en nuestras presentes y
próximas generaciones el valor del trabajo,
de la dignidad, del honor, de la ética, del sacrificio y
de la Patria? ¿Qué hacemos para que cambiemos
el rumbo de esta sociedad ahogada en el mar proceloso del triunfalismo más
vulgar? Pienso es hora de. RESTAURAR LA
REPUBLICA
-Si observamos los fenómenos que vienen
ocurriendo en nuestra sociedad, sobre todo aquellos vinculados a la
criminalidad, a la delincuencia, nos daremos cuenta que en gran medida sus
protagonistas son jóvenes o muy jóvenes. ¿Me pregunto, esta sociedad sufre de
amnesia social crónica? (Aprovecho aquí para que los responsables de la PN y
del MP de manera conjunta presenten a la sociedad esas estadísticas, que sirvan
para sensibilizar a todos los sectores sociales e institucionales para buscar y
proponer acciones que impacten positivamente en nuestros jóvenes y adolescentes).
Pienso es hora de. RESTAURAR LA
REPUBLICA.
-De
manera expresa he dejado dos cosas
para esta última parte:
1- Todos los días, de manera recurrente
escucho voces distintas y en diferentes tonos referirse a la invasión “silente
y pacífica” de extranjeros a nuestro territorio. De manera personal no siento
temor, estoy totalmente convencido de lo que quiero y lo que soy: dominicano. Por tanto, no importa cuántos
vengan y vayan siempre tendré espacio para consolidar mis valores y principios.
Ahora bien, en lo colectivo e institucional llamo la atención de los
responsables de las Políticas Migratorias, para que apliquen las Leyes y
Normativas de manera estricta, y sin fisuras, respetando siempre la dignidad de
todo ser humano.
A mis conciudadanos pedirles que por más
sensibles que sean a este tema no se dejen impulsar por las emociones, por el
sentimentalismo y menos por el falso y exacerbado nacionalismo. Nadie rompe sus
lazos con sus raíces, con familia, de manera voluntaria, siempre hay detrás un
drama, una situación que provoca el desarraigo. Solo pido, tolerancia y
comprensión; recordar que son muchos los nuestros en tierras extranjeras y gran
parte de ellos lleva en su interior el dolor de estar lejos. No actuemos con
doble moral; si nos beneficiamos de los emigrantes lo vemos bien. Si nos
beneficiamos de ser emigrantes también (¡acaso no tenemos como ídolos a los
nuestros cuando triunfan en el extranjero, acaso no son emigrantes los
Peloteros, pero cuanto lo adoramos y apoyamos cuando triunfan!!) Imaginemos si
eso no ocurre con los otros en sus países. Pienso aquí también es hora de. RESTAURAR LA REPUBLICA
2-La otra cosa que deje para este
momento es la siguiente, y no por última de menos valor: Recién escuche al
Ministro de Educación anunciar que todos los Liceos de RD serian convertidos en
Politécnicos. Y me pregunté: ¿A dónde caminamos?
Veo bien que a nuestros jóvenes se les
brinden oportunidades de formación que los vinculen al mundo laboral, que
obtengan competencias para afrontar con éxitos las demandas de esta sociedad
tecnológica, competitiva y de grandes retos. Lo que me preocupa, viendo lo que
acontece hoy, es de que vale tener un buen sastre, un buen mecánico, un
excelente técnico en refrigeración, un superbo tecnólogo dental o un
extraordinario programador. Si estos no actúan con HONESTIDAD, si su accionar
es alejado de la ETICA y MORAL. Si en sus labores y conductas personales no
conocen la INTEGRIDAD, RESPETO, RESPONSABILIDAD, la SOLIDARIDAD.
Tendremos muchos autómatas pero muy
pocas PERSONAS. Tendremos muchos CONOCIMIENTOS, mucha INFORMACION, pero pocos
PRINCIPIOS y escasos VALORES.
En definitiva la INDEPENDENCIA y LA
RESTAURACION fueron el fruto de una generación de jóvenes llenos de sueños, de
dominicanos que dieron todo lo que tenían y eran por una sociedad mejor. En mi
nombre y sin dudas en el de todos los presentes, doy las Gracias Eternas a los
hombres y mujeres que sacrificaron y lucharon por dejarnos esta República
Dominicana de nuestros amores.
Hoy a 154 años de aquel 16 de agosto es
propicia para seguir anhelando, una sociedad más JUSTA y EQUITATIVA. Hoy es una
oportunidad para evaluar el presente, valorar la herencia histórica que nos
dejaron los restauradores y transformarla para beneficio de las
generaciones presentes y futuras.
¡Loor a los Héroes de la Restauración!
Que viva La Republica Dominicana!!
¡MUCHAS
GRACIAS!!!!
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Restauración. Santo Domingo: Editorial de Santo Domingo.
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