Wao!!!!!
Que Plaza!!!
Durante mucho tiempo los munícipes
de San Juan hemos vivido añorando tiempos idos. Los recuerdos, las remembranzas
sobre la vida social de nuestra ciudad nos dan una idea de lo que otrora fuera
una de las ciudades emblemáticas del desarrollo urbano en la Republica
Dominicana.
Es frecuente leer en las
redes sociales, escuchar en la Radio local referencias a lo que era la vida
teniendo como epicentro el Parque Sánchez, el Cine Teatro Antonieta y por derivación
aquella famosa heladería de los Fondeur. Quien no recuerda las tandas vermut,
el matiné y las retretas correteando alrededor de la glorieta en el centro del
parque.
Pero, también las tardes
dominicales, cuando no los famosos dobletazos, frente al teatro Romano intercambiando paquitos y novelas de
vaqueros en las manos del “Bohemio”, esperando que se iniciara la serie de ”Kazán
el cazador”. También existía el Cine Alba Miriam, lo cual nos daba la idea de separación
o más bien de división social. Quien asistía a este cine por lo regular era
asiduo visitante al Parque General (Perdón de Los Burros) Cabral.
Esa estratificación era
evidente en el propio Parque Sánchez, que veía como en las noches había quienes
solo paseaban en su frente, y quienes lo hacían al fondo, frente a la Catedral,
e incluso quienes lo recorrían en sus calles interiores, sin embargo al final
todo San Juan disfrutaba del mismo escenario de recreación y reunión social.
Luego hubo una época caracterizada
por el desarrollo de aquellos lugares que sirvieron para ocultar los “amores
escondidos”, me refiero a las “Boîte”; los chinos, Paco’s, Tamarindito; la
apertura de varias “discotecas” Rojita’s,
Racide, La Garza, lugares emblemáticos que servían para que la juventud
disfrutara del momento y agotara sus energías con la música del momento. No
quisiera pasar sin mencionar tradiciones como La Piscina del Maguana y sus paragüitas,
el Rancho Montecarlo, el Nigth Club, El Macuto, y decenas de lugares que servían
de espacio de socialización.
Llegaron los semáforos, por allá
por los 70; pero el acontecimiento más importante en la vida urbana de nuestra
ciudad resulto ser, sin ningún género de dudas, la construcción y apertura del “Mall”,
de la “Plaza”, del “MultiCentro” comercial conocido como “Edificio Ramírez”.
Esto fue un movimiento telúrico en la consciencia de los sanjuaneros. No existía
de San Cristóbal hasta la frontera (por todos los lados del suroeste), un lugar
similar. Sin dudas, que la visión de los hermanos Aquiles (Quilon) e Iván Ramírez
se adelantó decena de años a la época en que vivíamos los sanjuaneros.
Era todo un orgullo que nos
visitaran de otras ciudades, pero nosotros mismos nos sentíamos “turistas” en
nuestra propia tierra; Cafetería modernísima, salón de belleza, tiendas de
ropas y calzados, librería, veterinaria, tienda de ropa infantil, cine,
discoteca, boîte, restaurante, terraza, no nos faltaba nada para disfrutar y
sentir que éramos ciudadanos “metropolitanos”.
Paso el tiempo e
inexplicablemente perdimos el sentido del desarrollo, del progreso; dimos un
salto al vacío, peor aún retornamos al pasado y lo que debió ser una de las
ciudades más importantes del país, paso a ser sinónimo de pobreza, de
analfabetismo, de emigración, de falta de identidad, de incertidumbres y
desesperanza. Solo pensar en salir a recrearse con la familia y no encontrar
un lugar donde hacerlo con seguridad y
tranquilidad nos traía desasosiego.
Por ello, cuando el gobierno
del Dr. Leonel Fernández dispuso construir, en el antiguo mercado, una Plaza la
esperanza de un mejor San Juan volvió a renacer en todos nosotros; pero la imposibilidad de darle apertura luego de
que el Presidente Danilo Medina la inaugurara nos ha llenado de tristeza y desolación
nuevamente.
Por lo anterior es que quiero
saludar, felicitar la idea y visión del Lcdo.
Ramón de la Rosa, su voluntad y decisión
de construir una Plaza en San Juan. Hablo de esa que permite a los sanjuaneros recrearnos en familia, solos o en compañía. Una
plaza que es evidencia de que Ramón de
la Rosa apuesta, con esa y otras inversiones por el desarrollo de San Juan de la Maguana.
Sin temor a equivocarme
puedo expresar que con ello De la Rosa deja plasmada una impronta, un antes y
un después en la historia del urbanismo de nuestra ciudad. El orgullo sanjuanero empieza a renacer, porque si antes lo fue el “Edificio
Ramírez”, hoy podemos decir y escribir ¡!Enhorabuena!! “Wao que Plaza”!!
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