En líneas generales reproduzco lo
que vengo escribiendo y diciendo desde hace tiempo acerca de la celebración de
los actos patrios en nuestra ciudad. Hoy 26 de enero del 2014, no ha sido la
excepción.
Hoy, como en otras ocasiones,
conmemoramos el natalicio del Prócer Juan Pablo Duarte. Justo reconocimiento a
la entrega y el sacrificio de este grande hombre. Más aún, pleitesía y como
siempre llamado de atención al legado, al ejemplo de quién fue y sigue siendo
modelo, paradigma de un vida honesta, pulcra, valiente y entregada por los
mejores intereses de toda una colectividad.
Un Te Deum encabezado por el
Monseñor José Dolores Grullón Estrella, (que si bien es recordando el
Nacimiento del Patricio, lo utiliza la iglesia para recordar a quienes han fallecido,
lógico luego de alguna ofrenda$$$$); un desfile como siempre con la solemnidad
y el respeto característicos de nuestras instituciones castrenses,(acompañados
de cientos de estudiantes) depósito de coronas de flores que dejan constancia
de la presencia de las instituciones públicas y privadas y un discurso cargado
de emotividad y patriotismo que en esta ocasión fue responsabilidad de un Juez (parece
que estos son los más dispuestos a ello, o tal vez son los que mejor preparados
están, tal vez los que más conocen a Duarte, hoy recayó en quien siempre
presenta al Orador,Dr. Manuel Antonio Ramírez Suzaña Presidente de la Corte que
a la vez es Presidente de la Subcomisión de Efemérides Patrias en SJM (seria
que no encontraron a ninguna persona dispuesta a discursear a nadie?).
Luego el canto a la Patria, el
himno al Patricio émulo del maestro y los honores de estilo con esa carga de
emotividad que le imprimen nuestros hombres y mujeres de armas, y uno que otro
grupo de estudiantes. Esto y otras cosas se repiten cada año.
Hasta aquí todo bien, todo perfecto
y comprensible. Sin embargo, me asalta la misma duda, la misma preocupación que
hace tiempo viene ocupando mis pensamientos; a quién va dirigido el simbolismo
que encierra esta conmemoración? Es a nosotros los que por momentos
representamos de manera circunstancial una institución? o
A los maestros de Educación
Física que, de manera obligada, cada año se ven obligados a llevar decenas de
estudiantes. O tal vez
A los pocos ciudadanos que
sienten el deber de acompañar a los que por obligación acuden a estas conmemoraciones?
Creo debemos redefinir el objetivo, buscar la esencia y establecer el
propósito.
Si bien es cierto que los
mayores, nosotros los adultos, tenemos oportunidad de seguir y mantener viva la
memoria de nuestros héroes fundadores. No menos cierto es que también es
nuestra la obligación de servir de ejemplos a las generaciones venideras. Estos
actos cada vez más se van convirtiendo en una actividad sin sentido y sin
dirección. Me parece que es necesario buscar alguna estrategia que permita que
el mensaje llegue a los más jóvenes, sino estaremos cada año reproduciendo este
"hacer por hacer".
Creo que una medida podría ser
que cada año el disertante sea algún estudiante meritorio de uno de nuestros
centros educativos, quizás por ello de la "solidaridad" entre pares,
entre los miembros de la "pandilla" los más jóvenes pongan atención a
lo que allí se diga. Otra opción podría ser que se hagan las actividades de
homenaje y recordación (misa, desfile y depósito de flores en el Parque) y
luego que se trasladen aquellos que les interese a algún local donde se dicte
una conferencia con el rigor y el ambiente adecuado.
No podemos seguir en esto porque
al final "hasta la belleza cansa" y a lo anterior se van sumando
cosas como las de aquel día que casi todas las banderas que adornaban la Plaza
estaban colocadas al revés. Sin darnos cuenta, en vez de llamar la atención de
los mas jóvenes hemos convertidos estos actos en ¨torturas¨, pues los
convocamos a las 8, los dejamos esperando que termine la misa, luego cuando
finaliza el desfile nos metemos debajo de unas carpas pero ellos los dejamos en
medio del inclemente sol. Poco a poco vamos construyendo u sentimiento de animadversión
de estos a los actos de recordación de nuestros héroes fundadores.
Tal parece que la desidia, la
desgana y desinterés, el tedio, el cansancio, la tozudez están ganando la
batalla. Lo cierto que es de mal gusto ver ese deprimente espectáculo, de
cientos de estudiantes más preocupados por comer “equimale”, o en tomarse
fotos, sentarse en la zona verde, esperando que el Maestro le indique el final.
Mientras de la disertación más propia de una Sala que de un Parque, solo se
enteran los que habitan a la sombra.
Ojalá que el Centro Duartiano, la
Subcomisión de Efemérides Patrias, los Historiadores, los Intelectuales, los
Catedráticos, los Profesores de Ciencias Sociales, las autoridades educativas,
se puedan reunir e ir reflexionando sobre si vale la pena seguir realizando
estos actos patrios de la manera que se desarrollan cada año o si es posible
dar un giro que permita que nuestras nuevas generaciones comprendan,
interioricen y asimilen la importancia de los mismos y de las figuras o hechos
que conmemoramos o rendimos homenaje.
P.D. Una nota curiosa y que me
llama la atención: al tocar las notas del Himno muy pocos lo cantan y pregunto será por temor a
desafinar o porque no conocen sus letras?