Silvia Carretero, Ángela Segura, Amelia Aguado, Ignacio Aranguren y Benjamin Payen. Foto: L. Fraile
Gustavo Martín Garzo invita a descubrir el lado poético de nuestro día a día a través de los cuentos
Este
sábado por la tarde este escritor inauguró la XV edición de los
Encuentros de Teatro para Niños y Jóvenes Te Veo con una emotiva
ponencia en la que defendió el arte de contar historias como una vía
para hacer de nuestra vida un lugar más habitable
:: Domingo, 10 de Noviembre de 2013 ::
"No
es posible educar a un niño sin palabras e imágenes, sin el mundo del
arte, sin lo poético. Todo esto debe estar presente en cualquier
actividad que merezca el nombre de artística". Con estas
palabras iniciaba su intervención el escritor Gustavo Martín Garzo
durante un acto que se desarrolló este sábado por la tarde en la Sala de
Espejos del Teatro Calderón, lugar en el que se reunieron un conjunto
de artistas y educadores interesados en conocer diferentes experiencias
teatrales y musicales realizadas en los centros educativos.
A lo largo de su ponencia, Gustavo se refirió a la necesidad de contar cuentos, ya que ellos son
"la manera más directa de adentrarse en el corazón de los niños y en su intimidad". "El
que quiera saber cómo es un niño tiene que asomarse a Caperucita Roja, a
la Bella Durmiente, entrar en el mundo feroz y oscuro de Pulgarcito o
de Hansel y Gretel. Son historias que se han leído en todas las culturas
y en todas las épocas. El niño se ve reflejado en esas historias. Ahí
ve su propia historia, su vida", añadía éste más tarde.
Gustavo aprovechó su intervención para reflexionar sobre los motivos
que llevan a alguien a contar historias a los niños. "Con esto les
hacemos entrega de algo que está a la altura de su belleza. Ellos están
llenos de locuras, de duendes, de hadas... Lo primero que deseamos antes
de educarlos es entregarles algo que esté a la altura de lo que ellos
nos están entregando.
Ay de aquél que se separe de los niños,
porque ése está perdido. Como decía Brancusi: cuando dejamos de ser
niños estamos muertos".
Este escritor aludió también a lo que, en diferentes momentos de su
vida, otros autores habían expresado en relación a la infancia y al arte
de contar historias. Así fue como recuperó una cita de
Ana Mª Matute en la que ésta decía:
"El adulto es un superviviente, es lo que queda de esa llamarada",
enunciado que invitaba a que Gustavo hiciera esta reflexión: "Es
hermoso ser adultos mientras seamos capaces de recuperar la memoria de
cuando fuimos niños". También acudió a una cita de
Gabriel García Márquez, escritor que en su día dijo:
"Educar a un niño es muy sencillo. Todo consiste en encontrar el juguete que lleva dentro".
Gustavo defendió la creación de esos espacios mágicos creados por el
arte y lo poético en los que puede ocurrir cualquier cosa, y más cuando
se parte del silencio, momento en el que "ahí está pasando algo
esencial". También apostó firmemente por contar cuentos poblados por
personajes tenebrosos. "Hace poco he oído una noticia en la que unos
supuestos educadores arremetían contra los cuentos de hadas porque, en
su opinión, eran perniciosos, crueles o machistas.
Yo creo que
un cuento para niños no puede prescindir de los ogros, las brujas o los
monstruos. Prescindir de ello es hacerlo de lo más esencial, que es el
miedo. Esos cuentos dan respuesta a un miedo que ya está en el
niño. Ayudan a que éste se enfrente a ellos", afirmaba este escritor
vallisoletano.
"La obligación de los adultos debe ser la de contar cuentos a los
niños. El niño los necesita para entenderse y para entender el mundo",
añadía más tarde, apostando también por usarlos para enseñar las grandes
virtudes.
"No deben enseñar el ahorro sino la generosidad, no
la prudencia sino el coraje, no el éxito sino el deseo de saber, no la
astucia sino la franqueza, no la diplomacia sino la abnegación",
indicaba más tarde. "No hay que eludir nunca la complejidad, porque el
niño es complejo y no podemos mentirle. No podemos hacerle creer que la
vida es un conjunto de banalidades porque la vida es oscura, es dolor,
está llena de tristeza... De todo eso debe hablar el arte", afirmaba
este escritor a continuación.
"Un libro debe ser como una puñalada en el pecho",
afirmaba con rotundidad unos minutos más tarde, aludiendo con este
enunciado a una frase pronunciada por Franz Kafka. "Los verdaderos
libros son los que nos sacuden, los que nos hacen temblar", añadía un
instante después. También acudió a una cita de Chesterton:
"El
niño ya tiene dentro el dragón. Lo que hace el cuento, lo que hace la
poesía, es darle al niño el caballero que le permite enfrentarse al
dragón".
Por encima de todo, Gustavo invitó a encontrar el lado poético de cualquier cosa que hagamos en nuestro día a día ya que,
"como dijo Octavio Paz, la poesía vuelve más habitable el mundo".
"La poesía, en sentido amplio, no es algo que esté sólo en los libros o
en una obra de teatro o en el cine. Forma parte de la vida. Los
momentos intensos de la vida siempre son poéticos. La única forma de
estar al margen de ellos es no vivir o tener una vida vulgar. La poesía
forma parte de la vida.
Tanto el educador como el teatro deben
tratar de recoger esos instantes especiales de la vida y escribir obras
para devolvérselos a los demás", añadía éste más tarde a modo de conclusión de su
intervención.
Una vez finalizada la ponencia inaugural de este escritor, este
encuentro continuó con una mesa redonda en la que se compartieron cuatro
experiencias teatrales y musicales realizadas en centros educativos. La
primera de ellas fue presentada por
Silvia Carretero, responsable del área socio-educativa del Auditorio Miguel Delibes de Valladolid y de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, quien
comenzó aludiendo al objetivo principal de su área de trabajo: acercar
la música, la Orquesta y el Auditorio a todas las personas. Así fue como
poco a poco fue desgranando algunas de las propuestas que se han venido
haciendo desde abril de 2010 en este área especializado en la
disciplina musical, aunque sin olvidar la presencia de otros dos
componentes fundamentales: la pedagogía y la inserción.
Según explicó Silvia, este área de trabajo ha permitido la puesta en marcha de
conciertos pedagógicos, talleres de formación para profesorado y familias o un
proyecto de música para la primera infancia
y destinado a criaturas de 0 a 5 años. También ha permitido que se
desarrollen talleres interactivos con personas pertenecientes a
organizaciones como
ASPAYM, la ONCE o ASPRONA,
actividad en la que se ha contado con la colaboración de los músicos de
la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. "La música permite romper
barreras, romper conceptos equivocados, limitaciones, ideas
preconcebidas", indicaba Silvia hacia el final de su intervención, antes
de hacer un sentido recordatorio a otra experiencia realizada en el
centro penitenciario de Villanubla.
A continuación tomó el turno de palabra el violinista de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León
Benjamin Payen, persona que había sido invitada a este encuentro para compartir su experiencia como
responsable del proyecto orquestal y coral In Crescendo, que se viene realizando desde febrero de 2011 en el colegio
Allúe Morer de las Delicias. Según
explicó este músico, éste entró en el proyecto después de dos años de
estancia en territorios palestinos, adonde acudió tras haber solicitado
una excedencia en su trabajo. Esta iniciativa, que está basada en una
Red de Orquestas Juveniles de Venezuela que hoy en día ha conseguido sumar la participación de 500.000 jóvenes, así como en otras experiencias desarrolladas
en Palestina e Inglaterra (como es el proyecto In Harmony),
se trasladó a un colegio de Valladolid, el Allúe Morer, tomando a la
música como un instrumento para mejorar el crecimiento personal y grupal
de sus alumnos. "En el fútbol hay un enfrentamiento entre dos equipos.
En la orquesta hay uno solo, todos son una familia. Las relaciones de
los participantes han mejorado.
Este proyecto les ha ayudado en áreas como la psicomotricidad, la comunicación, la expresión o la concentración", explicaba Benjamin durante su intervención en la Sala de Espejos del Teatro Calderón a modo de conclusión de su ponencia.
Ignacio Aranguren, Catedrático de Lengua y
Literatura y profesor hasta el pasado mes de mayo del IES Navarro
Villoslada de Pamplona, ofreció a continuación un resumen de su
experiencia como
fundador y director del taller de teatro que durante 35 años estuvo desarrollando en su instituto.
El de Ignacio fue también un emotivo recorrido por una trayectoria que
comenzó a sus 25 años de edad, cuando era un "teatrero de camioneta" que
recorría cada mes de septiembre las clases de 2º de Bachillerato para
reclutar a estudiantes que quisieran entrar a formar parte de su grupo
de teatro. "En estos 35 años he aprendido mucho equivocándome",
reconocía durante el relato de unas vivencias que han dado lugar a
más de 800 actuaciones, la creación de 50 montajes teatrales y la participación de 1000 alumnos que
han rescatado obras de Molière, Buero Vallejo o Arthur Miller y que,
tal y como podía verse en el vídeo que éste compartió al final de su
intervención, han generado un sinfín de emociones que el paso del tiempo
será incapaz de difuminar o borrar.
Finalmente, esta mesa redonda de experiencias culminó con la participación de la gestora cultural
Ángela Segura, que actualmente ejerce como responsable del programa CaixaEscena. A
lo largo de su ponencia, Ángela ubicó este trabajo como el fruto de una
experiencia previa iniciada treinta años antes a través de la puesta en
marcha de
talleres de teatro en localidades como Vic, Granollers o Lérida.
La necesidad de abrirse al resto del territorio nacional, en palabras
de esta gestora cultural, les llevó a impulsar el programa de
CaixaEscena para poder apoyar el trabajo del profesorado en el ámbito de
las artes escénicas, un área que generalmente está aislada del sistema
curricular.
"Aunque existen algunas prácticas de este tipo gracias a la iniciativa de muchos profesores, s
e
trata de una práctica heterogénea y dispersa. A menudo cuenta con un
profesor que trabaja en solitario y sin el reconocimiento del entorno
educativo o de la comunidad", indicaba Ángela a modo de
análisis de la situación de partida. Fue así como desde la Obra Social
de La Caixa decidieron apostar por la puesta en marcha de un proyecto
que sirviera para acompañar al profesorado desde los primeros días del
ensayo a la representación de la obra ante el público.
"Les
acompañamos mediante una plataforma virtual en la que incluimos
contenidos de teatro, que sirve para hacer intercambios entre los
profesores, que incluye cursos online, tutores y que propone nuevos
itinerarios para trabajar los contenidos desde los centros de interés
para facilitar la introducción de los clásicos", añadía ésta
más tarde. Esta gestora cultural aprovechó su intervención para aludir a
los encuentros que realizan con jóvenes pertenecientes a grupos de
teatro, a los intercambios teatrales puestos en marcha entre Barcelona y
Milán gracias al proyecto LAIV o a los talleres de formación para
profesores realizados en el Caixa Forum. Se refirió, en definitiva, a
esa comunidad denominada con el nombre de CaixaEscena que, abierta a
profesionales del sector, profesores y alumnos, apuesta por la
sensibilización para crear los públicos del futuro que, contagiados por
el hábito cultural, conciban a este sector como un componente esencial e
inseparable de sus vidas.
Con esta intervención de Ángela Segura se daba por terminada este
sábado la primera mesa de debate y reflexión de este encuentro, que se
extenderá hasta este lunes por la tarde. La
actividad, que ha sido
organizada
por la actriz Ana Gallego (integrante de la compañía teatral Teloncillo
y presidenta de la asociación Te Veo) y Jacinto Gómez
(productor-gerente de Rayuela Producciones Teatrales) incluye
también el desarrollo de talleres y la puesta en escena de espectáculos
teatrales creados por compañías como La Sonrisa, Tyl-Tyl Teatro, Fábula
Teatro, Lasal Teatro, Teatro Paraíso, La Gotera de Lazotea, Da.Te Danza o
Teatre de La Caixeta.